viernes, 21 de septiembre de 2018

Lectura en el aula

¡no solo para estudiar!

Los estudiantes deben tener diariamente experiencias de lectura pura en las que no se la rodee de actividades ni ejercicios adicionales y el interés se concentre en la fascinante experiencia de leer.



La lectura, principal medio de información, es un tema de la mayor importancia para la educación y esto hace necesario que los docentes tengan una comprensión suficiente del proceso lector. Lo primero es tener claro que la lectura es una conducta y que toda conducta tiene un componente cognoscitivo, estructural, la forma de la conducta, y un componente afectivo, dinámico, energético (J. Piaget). Hay que tomar en cuenta este aporte de la psicología al enseñar a leer.
La enseñanza tradicional lo desconoce y presenta la lectura como una actividad que solo sirve para estudiar, por lo cual los alumnos leen poco, únicamente lo indispensable. Los métodos que buscan desarrollar la capacidad de lectura mediante ejercicios de comprensión cometen un error de principio, al ignorar el componente motivacional que forma parte de la conducta.
La verdad es que no hay sino una forma de volverse lector competente y es leyendo mucho. El investigador francés J. Foucambert considera que “para leer mucho hay que sentir satisfacción al leer” y ello depende de que se encuentre interés y sentido personal en la lectura; es decir, que se disfrute al leer.
Las actividades complementarias con que los docentes acostumbran acompañar las sesiones de lectura en el aula la convierten en un objeto de estudio despojado de su verdadera naturaleza (Delia Lerner). Los estudiantes deben tener diariamente experiencias de lectura pura (en el diccionario, puro es lo “que no tiene mezcla de otra cosa o conserva su naturaleza original”), en las que no se la rodee de actividades ni ejercicios adicionales y el interés se concentre en la fascinante experiencia de leer. Conviene a los profesores atender la recomendación, hecha hace más de un siglo, de Edmund Burke Huey: “La lectura debe hacerse por el interés o el valor intrínseco de lo que se lee, y nunca debe hacerse o presentarse como un ejercicio” (The Psychology and Pedagogy of Reading, The Macmillan Company, New York, 1908; The MIT Press, 1968).
Como dijo C. Freinet, “se aprende a leer leyendo”. Las destrezas de muestreo, estructuración, predicción, inferencia, autocontrol, autocorrección (K. Goodman) y el comportamiento del lector: orden, continuidad, concentración, resistencia frente a las dificultades del texto, etc., se adquieren de modo natural en la práctica constante de la lectura, sin necesidad de ejercicios. Esta práctica constante, recordemos, no es posible si a uno no le gusta leer.
Es difícil, por no decir imposible, formar lectores con ejercicios que resultan desagradables a los estudiantes y les quitan las ganas de leer. La psicología es la ciencia que estudia la conducta y realiza sus investigaciones desde hace 150 años. La ciencia de la lectura tiene ya más de cien años. ¿Por qué los resultados obtenidos por estas disciplinas no se tienen en cuenta en la lucha contra las bajas cifras de desempeño en la lectura?
Para responder a las expectativas de la sociedad, los colegios deben buscar la forma de que los estudiantes quieran leer mucho. Es necesario que no se lea solo para estudiar. La lectura es esencialmente un arte que permite entrar a voluntad en mundos desconocidos, acceder a campos nuevos de la experiencia, vivir experiencias que no se podría tener de otro modo, descubrir secretos hasta ahora ocultos, disfrutar cada vez nuevas historias, nuevas fantasías, nuevos hechos, nuevos conocimientos… Por eso es necesario programar en el horario escolar una actividad diaria de lectura recreativa, no académica, en el aula.
Fuente:EligeEducar

jueves, 20 de septiembre de 2018

Así funcionan los dos hemisferios cerebrales niños y profesores según las acciones que realizan

En el libro “Déficit atencional en niños y adolescentes” una de las cosas que menciona la autora Amanda Céspedes es la importancia de conocer el cerebro y sus funciones como estrategia para entender las necesidades de niños y adolescentes y responder a éstas.


¿Qué es aprender? El vocablo aprender proviene del latín “apprehendere”, palabra relacionada con la acción de perseguir y atrapar algo. En efecto, aprender es adquirir un nuevo conocimiento. Para llegar a esto, hay ciertas funciones básicas del cerebro que entran en juego desde lo cognitivo, hasta lo emocional. En particular, los aprendizajes de un cerebro humano durante la niñez se basan en la existencia de redes neuronales en las cuales la información es procesada tal como lo hace un computador al procesar datos. Esto significa que el cerebro de un niño no se limita a la hora de recibir información y en este proceso, cientos de miles de neuronas se ponen a disposición del aprendizaje y del proceso de información que se lleva a cabo en los dos hemisferios cerebrales: el derecho y el izquierdo.
En el libro Déficit atencional en niños y adolescentes de Amanda Céspedes, la autora profundiza más en el tema, señalando las características de cada hemisferio y dando ejemplos concretos de las situaciones o acciones en las cuales se evidencia el funcionamiento de ambos hemisferios en niños y profesores. ¿Por qué? Porque sólo entendiendo a profundidad el cerebro, se pueden diseñar estrategias de enseñanza acordes a necesidades específicas.

El hemisferio derecho

Madura antes de nacer y potencia su redes funcionales durante los primeros cinco años de vida. Hay seis talentos que se pueden identificar específicamente en este hemisferio: el visoespacial, el lógico espacial, el ritmo melódico, el kinésico, el interpersonal y el naturalístico. El hemisferio derecho no se rige por el análisis objetivo de la realidad externa, y de esta forma permite la existencia de realidades subjetivas que fomentan la imaginación. El estilo cognitivo de esta zona cerebral es de tipo divergente y esto significa que procede de una idea inicial a punto final que se relaciona vagamente con dicha idea inicial. La intuición y el procesamiento holístico cobran mucha relevancia en este hemisferio. Entender cómo funciona este lado del cerebro es útil para crear prácticas pedagógicas en función de eso, por esta razón la autora hace una detallada y sencilla descripción de acciones que se evidencian en este lado del cerebro de un niño y las estrategias que un profesor aplica al utilizar este mismo hemisferio.

El hemisferio derecho de un niño se ve en acción cuando…

  • Juega o actúa
  • Da rienda suelta a su imaginación
  • Dibuja, arma rompecabezas, juegas con piezas de distintas formas y colores
  • Canta y crea ritmos, improvisa
  • Trepa, salta, gira
  • Observa fenómenos naturales
  • Crea vínculos de afecto
  • Se comunica a través de los gestos y las miradas
  • Es expresivo con sus emociones

El hemisferio derecho de un profesor se ve en acción cuando…

  • Hace uso de la magia, la fantasía y la música como recurso pedagógico
  • Recurre a metáforas para reforzar ideas
  • Se expresa de una forma emotiva
  • Emplea la emoción como recurso de enseñanza, tomando ejemplos de su vida cotidiana
  • Sorprende con humor y captura su atención desde la pasión
  • Busca factores invisibles que pueden estar desencadenando ciertas conductas y se sintoniza con los alumnos desde las emociones y no desde las acciones y consecuencias

El hemisferio izquierdo

Madura a partir de los seis meses de vida y su maduración básica termina durante la pubertad. Los talentos que se asientan en este lado del cerebro son: el lingüístico, el lógico simbólico matemático y el interpersonal o reflexivo. El hemisferio izquierdo pone al niño en contacto con el conocimiento conceptual, sin embargo dichos aprendizajes son frágiles y susceptibles al olvido. La consolidación de éstos, vale la pena decirlo, se ven favorecidos por el apoyo del hemisferio derecho. Tal como lo hizo con el hemisferio derecho, Amanda enlista las acciones que se evidencian en este lado del cerebro de un niño y de un profesor.

El hemisferio izquierdo de un niño se ve en acción cuando…

  • Enriquece su capacidad de articular sonidos e incrementa su capacidad de hacer oraciones
  • Muestra interés por identificar grafemas y formar palabras
  • Aprende a contar objetos con la noción de cardinalidad y ordinalidad
  • Ordena láminas creando secuencias lógicas
  • Describe lo que observa
  • Percibe que las palabras tienen una estructura fonológica
  • Aprende a leer palabras y escribir oraciones
  • Lee párrafos y textos de manera comprensiva además de escribir sus propias narraciones
  • Aprende a secuenciar dígitos para formar cifras para realizar operaciones y resolver problemas

El hemisferio izquierdo de un profesor se ve en acción cuando…

  • Centra sus estrategias en lo verbal (explicando, leyendo y dictando)
  • Invita a razonar, pensar, reflexionar y pensar analíticamente
  • Emplea conocimientos conceptuales ya enseñados antes para enseñar nuevos conocimientos
  • Frente a problemas de disciplina se centra en el hecho y sus consecuencias y le da importancia a la sanción como método de modificación de conductas, además del “discurso” que apunta al pensamiento reflexivo del estudiante
Comprender, dice la autora, el diseño cerebral en general y su maquinaria ejecutiva, significa tener las condiciones para entender a un niño o un adolescente e intervenir a través de estrategias pedagógicas que se adecúen a las necesidades de cada estudiante. Dicho esto, ¿qué tanto conoces el cerebro y cómo estás aplicando este conocimiento para crear herramientas que garanticen no solo el aprendizaje, sino la construcción de vidas sociales, escolares y familiares plenas?

Fuente:EligeEducar

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Neuroeducación en las aulas

cómo despertar la emoción por aprender

Para garantizar el éxito de los procesos de enseñanza y aprendizaje, es necesario que vayan acompañados de una actitud básica: la pasión o emoción por aprender. Esto se puede conseguir teniendo en cuenta los últimos avances que ofrece la neurociencia. Te explicamos en qué consiste y cómo la están aplicando algunos centros.
La neuroeducacion es una disciplina que estudia el papel que juega el cerebro en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes. En este sentido, las principales áreas sobre las cuales se asienta son dos: de un lado, las ciencias de la educación y, de otro, la neurociencia, que permite estudiar los fenómenos educativos desde varios enfoques.

Conocimiento y emoción

La principal conclusión de los científicos es que el cerebro asimila mejor los conocimientos si existe sorpresa, curiosidad e implicación emocional: "el cerebro solo aprende si hay emoción",afirma Francisco Mora, doctor en Neurociencia y catedrático de Fisiología Humana. Mora, que en su trayectoria se ha centrado sobre todo en cómo funciona el cerebro, cómo aprendemos y la influencia que tienen las emociones en este proceso, recuerda cómo la curiosidad lleva al ser humano a una búsqueda del conocimiento que no sólo es general sino que también se produce en otros contextos como "el colegio, las universidades o en la investigación científica".
La escritora y psicóloga Begoña Ibarrola afirma que “educar en las emociones es clave para favorecer el aprendizaje” y que, por tanto, los docentes necesitan comprender que “su función como educadores va mucho más allá que la de meros transmisores de información o conocimientos”.
En este sentido, Anna Forés, profesora en la Facultad de Educación de la Universitat de Barcelona, hace hincapié en la necesidad de fomentar la ilusión y las ganas de ir al colegio de los alumnos a los que hay que proponer retos y aventuras de aprendizaje que resulten completamente nuevos para ellos. “Si realmente sabemos cómo aprendemos, podremos mejorar nuestra función y servir de ayuda para ser más efectivos y eficientes”.

Neuroeducación en las aulas

¿A qué edad se aconseja que la neuroeducación sea llevada a las aulas? Forés es contundente: “Cuanto antes mejor. La neurociencia ratifica la importancia de los primeros años de nuestra vida y esto implica una buena formación por parte de los maestros de los más pequeños, además de una más alta consideración por su labor educativa”. Para esta especialista, la neuroeducación es un “conocimiento de fondo que nos ayuda a pensar, repensar y tener una actitud crítica sobre la manera de enseñar y aprender de los alumnos”.
La aplicación de la neurociencia en el ámbito de la enseñanza puede realizarse de distintas formas, pero siempre atendiendo a la diversidad y a la singularidad de cada estudiante para trabajar con toda la riqueza que permita el aula. Forés lo explica de esta manera: “Cada cerebro es único y si un alumno sabe cómo aprende las investigaciones afirman que mejorará su rendimiento. Por eso, si las clases están diseñadas desde los principios de la neuroeducación, también mejorará su aprendizaje”.
Por ejemplo, estudiantes del Colegio Alborada (Alcalá de Henarés, Madrid) y del  CEIP el Torreon Arroyomolinos, Madrid) estudian matemáticas con el método. JUMP Math. En concreto,este modelo de enseñanza-aprendizaje (basado en los últimos avances producidos en el ámbito de la neurociencia) “proporciona al docente una buena secuenciación de los contenidos y le ayuda a profundizar en los conceptos matemáticos que se tratan en el aula”, comenta Menchu Garralón, docente de Primaria y coordinadora de Innovación Pedagógica en el Colegio Alborada. Conoce su experiencia.
Desde el CEIP El Torreón, su directora Elvira Flores y Elisa Lucena (profesora de 3º), nos relataron cómo JUMP Math les permite combinar el trabajo individual, por parejas y grupal, favoreciendo el trabajo cooperativo y la figura de los ‘alumnos ayudantes’ que ayudan a sus compañeros a comprender mejor los contenidos.
Por su parte, el Colegio Base de Madrid cuenta con un proyecto basado en una de las ramas de la neuroeducación: la neurodidáctica. En concreto, dicho proyecto está formado por diferentes experiencias entre las que se incluyen ‘Ecobase’ dedicada a la educación medioambiental y concienciación ecológica y ‘Biblioteca de las Emociones’.
La neuroeducación está también presente en el Colegio María Reina Salesianas de Madrid y su aplicación ha permitido la introducción de metodologías activas de pensamiento; la creación de nuevos espacios y experiencias de aprendizaje; y la modificación paulatina del sistema de evaluación.

Más allá de las aulas

Los centros escolares tienen, por otro lado, la posibilidad de que la neuroeducación se pueda aplicar en las visitas culturales que los estudiantes realizan gracias a propuestas como la ofrecida por la página web de Aprendeaver. Su metodología potencia no sólo el aprendizaje sino también el entretenimiento, despertando la pasión y la emoción por aprender. Para ello, se les plantea a los chavales unas series de preguntas y retos que deberán deducir a partir de unos cuadernos especiales que se les entregan o la información que dé el guía.
A la hora de valorar la llegada de la neuroeducación a la enseñanza hay que pensar de manera detenida tanto en el cómo como en el por qué, al igual que ya sucediese con la introducción de los primeros portátiles o pizarras digitales. ¿La razón? “Tenemos muchas experiencias previas que nos demuestran que sólo por introducir un elemento en la educación ésta no va mejorar unilateralmente si no la acompañamos de buenas estrategias. Hay que tener claras las intenciones educativas y los recursos de acompañamiento al profesorado”, concluye Forés.
Fuente: EligeEducar.

martes, 18 de septiembre de 2018

Formas de convertir el aula en un ambiente rico en lectura

Para fomentar el amor por la lectura es indispensable exponer a los estudiantes a una amplia variedad de libros que se adapten a sus intereses y necesidades. Un objetivo difícil pero no imposible. Así se puede hacer.

Fomentar la lectura no significa sólo garantizar que los estudiantes lean más. Cumplir este objetivo implica también lograr que ellos utilicen los libros como fuente de información, aprendizaje y por supuesto, entretenimiento. Más allá de cualquier cosa, fomentar la lectura es lograr que los estudiantes se enamoren del fascinante mundo de los libros.

Pero para alcanzar este objetivo, es fundamental no limitarse y ofrecer a los estudiantes múltiples opciones de lectura que se adapten a sus gustos e intereses. ¿Cómo? Convirtiendo la sala de clase es un espacio rico en lectura con actividades que les permitan conocer y compartir nuevas alternativas. El objetivo: exponer a los estudiantes a la mayor cantidad de obras escritas posible para que su amor por la lectura crezca y para que encuentren un punto de partida.


1. Pequeñas charlas

Cada dos semanas, se invita a algunos miembros de la comunidad escolar para que compartan libros que son importantes para ellos, o libros que estén leyendo en el momento. A los estudiantes les encantará oír las sugerencia y además llegarán a conocer a las personas de una forma muy personal.

2. Recomendaciones de estudiantes

En un tablero de anuncios dentro de la sala de clase, se puede dedicar una sección a una recomendación lectora hecha por los estudiantes. Se les puede pedir que escriban un pequeño resumen, la razón por la cual lo recomiendan y una cita que los haya marcado. Además pueden poner una foto de ellos con su libro. Esta sección va cambiando constantemente.

3. Notas

Tener una librería en clase siempre será algo extraordinario. Una forma de lograr tener una gran variedad de obras es pidiendo donaciones o recolectando  aquellos que otros rechazan. Una vez teniendo una buena librería dentro del aula, los estudiantes pueden acceder a diferentes obras y realizar este ejercicio: dejar notas al interior de cada libro que leen para motivar a los otros estudiantes.

4. Lo que lee el profesor

Para empezar el año, un profesor puede decorar la puerta de sala de clase con las portadas de libros que leyó en vacaciones. Será el primer paso para indicar a los estudiantes que será un año lleno de grandes lecturas.

5. Una cita rápida con la lectura

Se ponen varios libros en una mesa. Los estudiantes tendrán que explorar el libro (leyendo la contraportada y una que otra páginas) que tienen justo en el puesto donde se sentaron. Cada 4 minutos rotan de un puesto a otro y por ende, de un libro a otro. Después de hacer varias “citas” con algunos libros, evaluarán cada uno y decidirán cuál, según sus intereses, quieren leer primero y cuál añadirán a la lista de libros por leer. Estas citas rápidas se pueden enfocar según géneros o temas, o se puede hacer de tema libre.

6. Visibilizar los libros

Escoger un lugar del salón para exponer los libros de forma constante junto a una pequeña descripción, puede ser una forma efectiva de motivar a los estudiantes a tomar un libro. Esta exhibición puede ir cambiando día a día.


7. Exposición

No es mala idea abrir un espacio para que los estudiantes hablen de los libros que más les gusta. Es fácil de hacer y sólo toma tres minutos por estudiantes. Además es una buena forma para practicar expresión oral.
Fuente: EligeEducar 

jueves, 13 de septiembre de 2018


Fiestas Patrias


Ejercicios de iniciación a la escritura para niños y niñas

Ejercicios de grafomotricidad




Actividades de grafomotricidad para que los niños se inicien en la escritura. Fichas de estimulación a la escritura. 

Son tareas extraescolares que refuerzan el conocimiento que los niños adquieren en el colegio. Son ejercicios para niños de Educación Infantil y que estás aprendiendo a escribir y a realizar trazos.

Trazos horizontales. 

Objetivos del ejercicio de escritura

  • Ejercitarse en la realización de trazos horizontales
  • Adquirir las habilidades motrices necesarias previas al inicio de la escritura
  • Practicar el control de inicio y fin de un trazo horizontal




Trazos inclinados


Objetivos del ejercicio de escritura

  • Ejercitarse en la realización de trazos inclinados de abajo hacia arriba
  • Adquirir las habilidades motrices necesarias previas al inicio de la escritura}









Trazos en espiral

Objetivos del ejercicio de escritura

  • Ejercitarse en la realización de trazos en espiral
  • Adquirir las habilidades motrices necesarias previas al inicio de la escritura
  • Desarrollar la atención y concentración

sábado, 1 de septiembre de 2018

Artes Visuales en los Niños y Niñas











El arte desempeña un papel vital en la educación de los niños. El dibujo, la pintura, o el modelado constituyen un proceso complejo, en el cuál el niño reúne diversos elementos de su experiencia para formar un conjunto con un nuevo significado.

el niño da algo más que un dibujo o una escultura, proporciona una parte de si mismo: como piensa, como siente y cómo se ve. Para él, el arte es una actividad dinámica y unifica-dora.

el/la niño/a  logra:

  • Desarrollar el sentido táctil.
  • Descubrir las características de los diferentes materiales: plasticidad, resistencia, temperatura, peso, color, textura, sonido o reacción al tacto.
  • Desarrollar la sensibilidad hacia la forma y el espacio.
  • Usar diferentes lenguajes expresivos.
  • Expresar sentimientos y emociones a través de la plástica.

Expresión artística en los niños y niñas

¿Que es la expresión artística? Expresión artística en  los  niños . Es la que permite  a los  individuos expresar sus sentimientos e idea...